martes, 29 de septiembre de 2009

NADA +


Esperando nada envuelto en nada, atrás, atrás, ¿y para qué? Sumergido como todos en lo invisible atónito; adelante, adelante, ¿y por que? Si lo único que quise ya no es.


Ahora, ahora, ¿y para quién?, ya lo único es químico y delirante. Lo externo adquiere fantasmalidad, incoherencia y desapego… lo interno, todo lo demás… y se deja ver.


Cientos de cementerios me visitan, con persecuciones infinitas y procesiones artísticas; gigantes edificios con muertos que no lo saben, ¿y yo que hago aquí, y tú, y todos ellos? ¿Qué hacen, si mirar para el ciego es hacer cualquier otra cosa?


Ahora envuelto en nada y en todo no hay solución aceptada ni me importa eso ni me importa nada.


Niños en plataformas inestables, ancianos tomando té y jóvenes discutiendo por quién es mejor, ¿pero cuál es mejor? Es solo el invento de un cosmos inexistente para los verdaderos voladores del espacio-tiempo, ajenos a disputas de mujeres y jeep y acciones dilatorias (yo voy a atacar de inmediato).


Si en la primera parte pudo sobrevivir al hundimiento de su barco, como niña en un bidón, en la segunda parte todos, incluyendo ella que no es aquella, llegan a la azotea pero el bidón es muy pequeño para todos, el jovencito pide por favor que lo lleven de nuevo al psiquiátrico y el latino se queda con la niña, pero nadie les asegura que vivirán… yo les aseguro que nunca pasó nada ni va a pasar, ya que solo es una gran piscina y los tiburones sonríen a la multitud que subsole los ve a través del vidrio tomando una copa de champagne y con la despensa llena de pescado y nada mas.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Las piernas me duelen de tanto estar de pie. A veces me duelen de tanto caminar, pero entonces el dolor vale la pena.
Llego a casa. El refrigerador está vacío. Abro un par de cajones; están repletos de papeles y basuritas.
Enciendo mi último cigarrillo. Me pregunto si no me habrán cortado la luz. Enciendo la radio. No han cortado la luz. Me siento y escucho: "déjate caer... besa a tu madre y déjate caer".

Produkto Kolectivo dijo...

Despierto. Suena una canción en la radio. Una canción que desconozco. Debe ser algo nuevo, me digo, por eso no lo conozco. Río un poco de mi ego de melómano, herido por la novedad desconocida del tema. En fin, poco me importa ya.
Enciendo mi pc. Reviso otra vez la extensa conversasción que tuvimos anoche, cuando hablamos, entre otras cosas, sobre Óscar Hahn. Me dices que te gusta, pero que su formalidad te abruma. Te digo que Hahn ha tocado siempre el mismo tema, que su trabajo sobre la forma es lo único que importa. Dices que necesitas algo más que la forma. Te envío mis puntos suspensivos. Luego vinieron el descontrol y las recriminaciones. Cierro la conversación y entro al blog de Pedro, el único ser humano que por estos días me atrevo a llamar amigo. Leo sus oscuras columnas. No alcanzo a entender si son cuentos, falsos diarios de vida, narraciones a medias autobiográficas. Otra vez Pedro tratando de volverse un personaje, pienso. Su malignidad es meramente discursiva, aunque sé que ha hecho cosas altamente cuestionables. Nada que otros no hayan hecho o que no sean capces de hacer, por cierto. Yo he hecho cosas peores. Pienso en llamar y saludarlo. Cuando tengo el celular en la mano recuerdo que no tengo un solo peso para llamar, que mi teléfono jamás ha tenido un solo peso para llamar. En fin. Me siento y le escribo un breve correo. Le recuerdo algunos asuntos pendientes. Le mando un abrazo. Una canción que sí conozco me distrae: "I'm taking a ride with my best friend... I hope he never lets me down again". Miro el reloj. Son las cuatro de la tarde. Tengo que pasar a buscar a la Fran a las cuatro y media. Sé que estoy atrasado. Envío el correo, apago el pc. Me mojo la cara con la esperanza de volver a lucir más como un ciudadano y menos como un náufrago. Espero que termine la canción. Apago la radio y salgo.

Estepariotipo dijo...

Es posible