viernes, 22 de febrero de 2008

La Jeringa


Buenas tardes queridos señores lectores:

El sol es hermoso y las nubes pasan de repente formando islas de sombras en las calles. El viento sopla en mi rostro despertándome de lo último que pregunte.

Mientras camino en dirección al centro desde el forestal, pienso, y todo esta dispuesto a mi paso de tal especial manera, que cuanto necesitase ya estaba ahí; cual grande fue mi asombro cuando desvié mí vista del camino, el embajador de la Natura en la gran ciudad, acompañaba mis pasos, y dijo:

“Si no existiesen los altaneros y engreídos no existiría equilibrio”,

Eso en el momento que choca con alguien elegantemente vestido que con mucho respeto y agachando la cabeza dice:

-“Disculpe usted”

Continuando su andar entre la gente, el elegantemente vestido caballero se transforma en serpiente, dejando su disfraz de hombre y entrando a la tienda de lámparas cuando en la vereda el jefe de Rambo, pandero en mano, dice:

-¡one, two, three, four!

Y Rambo con la guitarra empezó a cantar “I saw her standing there”.

Escuchamos mas allá unos gritos peleándose:

-¡Que te pasa chuchetumare!

-¡Que te pasa a vo gil culiao!

-¡Te vai a zarparte mono culiao!

-¡Te tiraste zapote conchetumare!

Al llegar al lugar un completo italiano en pan de marraqueta con una hamburguesa dinámica en pan integral se revolcaban en la mitad de la calle, el completo saco un sobre de azúcar que le había sobrado del desayuno, lo reventó y se lo arrojo en los ojos a la hamburguesa, y esta exclamo:

- “¡Ya te voy a pillar y no te vai a salvarte ná!

Y con un moviendo rápido de su lechuga se envolvió en ella desapareciendo en una explosión de sabor que dejo a toda la plaza de hambre feliz de la vida. El completo celebro su victoria comiéndose un transeúnte y Vicente Valdés, que experimentaba con la incidencia de la luz en los objetos pinto en óleo sobre tela el espectáculo.

El embajador de la Natura ya estaba aburrido, así que fuimos a una sala de cine a ver el canal siete del año 93 donde pinchó con un hada vestida de verde, rubia y bien bonita. Le pidió matrimonio, dijo que si y nuestro señor Jesucristo que daba una conferencia, prendió las luces del cine, salio de la pantalla y los caso:

-¡Por el poder que me da la Iglesia- dijo riendo - los declaro marido y mujer!

La gente pensó que el espectáculo se había acabado y se marcho, solo quedaron los niños y la serpiente a la cual le salieron pequeñas manos de reptil para aplaudir. Ahora el señor serpiente tenía dos manos, entonces se disculpo y fue arrastrándose rápido a un cybercafe a escribirle un mail a su mamá en el campo, luego me diría que lloró sobre el teclado.

Aproveche la oportunidad y le cotice a Nuestro señor Jesucristo unos muebles de oficina para la empresa realizadora de sueños que me toco crear.

-Señor… se que todo lo sabes antes de que lo diga así que quizá ya sabes que te voy a pedir.

-Pedro… me negaras la cotización tr3s veces antes que el Pollo Fuentes vuelva al escenario por pedido del público a cantar “Te perdí” con Javiera Parra.

-Mi señor yo no sería capaz de hacer eso.

-Conozco tu corazón y también tu futuro, pero de cierto os digo que cada cosa en su lugar da paso al viento.

-Esa es la parábola mas enredada que te he escuchado.

-Si poh hombre la idea es hacerte pensar un poquito.

Como lo que profetizaba aún no pasaría, fuimos todos de la mano a celebrar el matrimonio del embajador de la Natura con la hada, a la casa del señor Coyote que estaba esperando con brebajes y sustancias ilícitas fabricadas por el mismo en su laboratorio secreto.

La noche nos encontró carreteando escuchando hijos de la tierra, golpeó la puerta, coyote abrió y al ver a la noche la música se detuvo junto antes del solo de guitarra del Gato. Coyote le pregunto con lágrimas en los ojos:

- “¿A que has venido?”

A lo cual respondió la noche en el momento que sacaba de su espalda una torta de lúcuma:

”¡Feliz cumpleaños, por favor perdóname!”

Se abrazaron llorando como amigos que no se veían hace tiempo, Jesucristo me dijo que una oscura noche los minotauros allanaron la casa del Coyote y se llevaron a su familia y nunca más la vio, desde ese entonces que estaban enojados.

Ahora había un motivo más para celebrar así que todos llamamos telepáticamente a más gente para dejar la cagá. No paso mucho cuando sonó el timbre de la casa y entraron todos los comensales, quedamos todos impresionados cuando surca la puerta Lucifer vestido de short y polera Maui & Sons, musculoso, alto, de piel roja, con alas de murciélago igualmente rojas y la cara de demonio que no se la saca nadie, dijo:

-”¿Como están?, no me miren así de no haber sido invitado no hubiera venido estoy súper ocupado en medio oriente”

Todos nos reímos y Jesucristo se paro de la pera en que estaba sentado fumando hierba en su pipa barroca, lo abrazo, lo tomo de los hombros diciendo:

-“Tanto tiempo hombre, te echan de menos allá arriba”

Mi consternación llego al máximo cuando el Pollo Fuentes entró con guitarra al hombro a la fiesta, ¿¡Dios mío, acaso de verdad negaré la cotización de muebles de Jesucristo!?, pensándolo bien era imposible que Javiera Parra fuera a la fiesta por que estaba en ese momento dando un concierto en Riñihue.

Lo ultimo que recuerdo fue a Lucifer cantando “The number of the beast” interpretado magistralmente en guitarra versión acústica por El Pollo, mientras una hermosa anguelita me hacia cambio de luces y movía gentilmente la alas desde la barra.

Al despertar estaba en la pieza de visitas de la casa de Coyote, y un sostén dorado colgaba de mi oreja estratégicamente. En el living estaban todos durmiendo, excepto el Pollo Fuentes que se fue temprano y llevo a los novios en su auto a su casa, en las afueras de la realidad, en la mañana debía partir a Temuco a dar un concierto.

El vino sobraba gracias a Jesucristo el cual se levanto, se estiro, despertó a Lucifer, dijo:

-“Oye ya poh, hay que ir a trabajar”

A lo que Lucifer abriendo los ojos respondió riendo:

-“Y que crees que he estaba haciendo toda la noche”

Rieron como locos afirmándose uno al otro para no caerse y cada vez que se miraban volvían a explotar de risa, despertaron todos y comenzaron a irse despidiéndose de Coyote y agradeciendo su hospitalidad.

Afuera el sol pegaba fuerte, me puse los lentes cargados de estilo y comencé a caminar para tomar la micro sin poder sacarme de la cabeza el pelo.

Pedro P. Melín A. 2006

No hay comentarios: